Cuando era niño y vi por primera vez 2001, Odisea en el Espacio, poco podía imaginar que esa Inteligencia Artificial un poco malvada que lucha por sobrevivir se haría realidad, con un poco de retraso sobre lo planificado por la película, pero realidad a fin de cuentas.
La Inteligencia Artificial ha llegado aquí, nos guste o no, imagino que igual que a los profes de mates no les gustaron las calculadoras, y luego mucho menos los ordenadores… En el pasado hemos tenido éxito en la integración de esas herramientas en las aulas, lo mismo pasará con la Inteligencia Artificial
El gran miedo de los docentes es que cuando mandan algún trabajo a sus alumnos… no es que ya consulten en la web (cosa que se arregla con un turnitin), sino que directamente le digan a una IA que redacte un texto de tantas o cuantas palabras. En realidad, esto también es sencillo, basta con que el profesor antes de poner un tipo de trabajo al alumno, previamente le pida a una Inteligencia Artificial que lo resuelva… si la respuesta es buena… mejor cambiar la pregunta.
Pongo un ejemplo, si uno pide a sus alumnos, hábleme de la teoría de carteras de Markowitz en 500 palabras… esto es pan comido para la IA, no… hay que preparar un caso con datos concretos por ejemplo, Don XXX con tal cartera, con tales inversiones, que nunca ha invertido en bolsa… ¿qué le recomendaría para que no perdiera más de YYYY y se pudiera jubilar con una pensión mensual de ZZZZ?
La IA todavía no puede resolver este tipo de situaciones, un alumno brillante aprenderá qué preguntarle a la IA sobre la teoría de carteras, pero no obtendrá una respuesta brillante para ese tipo de ejercicios, es decir, el alumno podrá «inspirarse» en lo que pueda encontrar en la IA si hace las preguntas adecuadas, pero no sacar un 10 en el examen.
En realidad esto es lo que se pretende, alumnos que sepan dónde deben buscar las respuestas y qué tipo de preguntas deben de formular y con toda la información sean capaces de elaborar una respuesta de valor añadido.
La IA, bien utilizada, revolucionará para bien la formación y para siempre, eso sí, se requiere del profesor que use proactivamente la IA, aprenda qué tipos de cosas pueden o no ser resueltas por la IA y cambie su tipo de ejercicios de evaluación para que estos no puedan ser «hackeados» por una IA… profes proactivos, con alumnos que saben preguntar. ¿qué hay de malo?